Desde el inicio de las campañas para elegir quien gobernará los próximos 6 años en el estado de Durango y según los datos arrojados por casas encuestadoras, prácticamente los candidatos han tenido poca variación en la intención de voto. Es decir, no ha habido un despunte o crecimiento significativo para que cualquiera de ellos, a estas alturas de la contienda, se perfilara como un posible proyecto ganador.
El 3 de abril, Esteban Villegas tenía un promedio de 47% y al momento de escribir este texto jueves 05 de mayo; mantiene ese mismo 47% en la intención de voto.
Marina Vitela arrancaba con 46% en promedio y ahora tiene un 45%. Patricia Flores inició con 6% y en la actualidad continua con ese mismo número.
Cabe puntualizar que estos datos abiertos se recogen de la herramienta Polls of Polls, que es un modelo de agregación de encuestas que utiliza un modelo bayesiano dinámico con resultados de los encuestadores en la contienda electoral de interés, así como su desempeño histórico en relación con los resultados oficiales de la elección. Aquí la página www.polls.mx
También, sabemos que existen factores como el voto oculto o el útil o que el número de ciudadanos indecisos pueden inclinar la balanza para el resultado final y que su intención no se ve reflejada en estos momentos.
Entonces, ¿por qué las y los candidatos no han crecido o no se han desmarcado de sus contrincantes?
Por el modelo de comunicación política que utilizan.
· Tradicional, como el de hace 20 o 30 años. Similar al de todos los políticos.
· Es un modelo híperpersonalista, basado en la imagen y agenda pública y privada del candidato o candidata. Solo basta ver sus imágenes en redes sociales. Son ellos y solo ellos.
· Buscan y asisten a prácticamente los mismos espacios en medios masivos de comunicación que todos, pero sin un diferenciador. Van a responder preguntas no a emitir mensajes.
· Tienen una narrativa similar en cuanto a propuestas y ofertas de campaña. Promoveré, impulsaré, apoyaré, construiré… son de las palabras que más se utilizan. No hay un diferenciador.
· Todos se apoyan en las redes sociales y generalmente son Facebook, Instagram y Twitter. El problema es que vierten la misma información en las 3 redes sociales, con el mismo lenguaje. El mismo contenido para las 3, siendo que cada red social tiene público diferente. Una es más consumida principalmente por personas de mayor edad, otra por “el círculo rojo” y la otra por los más jóvenes.
· Parece que su principal público es el partidista, gubernamental o “el círculo rojo” (líderes de opinión, académicos, periodistas, políticos, etc.) y así lo hacen notar en el etiquetado de dichas figuras afines a ellos en algunas imágenes publicadas.
· En tierra, lo mismo. Pega de calcas, brigadas en cruceros, eventos en colonias con la “estructura”, algún foro empresarial, “barridos”, etc.
Todo lo anterior, da como resultado el posicionamiento de cada uno de las y los candidatos y por consecuencia, la intención de voto; que no está mal, pero ya no alcanza. Y no solo pasa en Durango, todos los candidatos en Quintana Roo, Hidalgo, Tamaulipas, Aguascalientes y Oaxaca recurren al mismo modelo.
Faltan 30 días para concluir el periodo de campaña y las cosas siguen sin cambios relevantes. A estas alturas, los estrategas de cada equipo se estarán comiendo las uñas para tratar de arañar algunos puntos en las encuestas pero la realidad es que ya tuvieron que haber tomado lectura de lo que sucede desde hace días para que hoy estuviéramos viendo elementos atractivos y diferentes a los vistos.
En la opinión ciudadana, la constante es: "Las campañas no llaman la atención. Siempre es lo mismo".
O, ¿usted qué opina?