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  • Foto del escritorGerardo Preza Martens

El empate técnico no existe.


En plena época de campañas electorales para renovar gubernaturas en 6 estados de México y otros tantos puestos de elección popular, la guerra de encuestas está en su máximo. Hay algunas que les respalda el prestigio de un nombre dentro de la industria de las encuestas, otras que son meramente un mal chiste. Algunas tienen todo el rigor metodológico, otras carecen de ello. Algunas las hacen cara a cara, en territorio pues y otras, se hacen de manera digital o por teléfono.


Y alrededor de ellas, equipos, militantes y simpatizantes que amplían, señalan y critican las encuestas publicadas de uno y otro candidato.


Pero en escenarios cerrados como en el de Durango, es común escuchar el concepto “empate técnico” visto en números textos publicados y comentados en diferentes círculos sociales.


…En México el término “empate técnico” hizo su aparición por primera vez en la televisión nacional en una encuesta de salida llevada a cabo en febrero de 1999, la jornada electoral resultó muy competida, pero un medio de comunicación a las 18:00 hrs., con un sen­tido más periodístico que técnico, se atrevió a declarar ganador para posteriormente conforme transcurría la tarde modificar su anuncio y salir a declarar empate técnico. Finalmente el triunfo fue para un partido distinto al que se había declarado.


El uso de empate técnico parece ocultar al culpable de no poder dar resultados, el método. Los que lo usan parecen decir: la elección está muy cerrada cuando eso no es cierto siempre. Algunos incluso simplemente revisan el diseño muestral, ven que en la metodología dice 5 por ciento de error y de ahí cualquier dis­tancia menor entre ganador y segundo lugar lo consideran empate. Ese es un error. Imagine simplemente una encuesta que diga que tiene 5 por ciento de error teórico y resulte en una distancia de 4 puntos entre primer y segundo lugar, alguien podrá pensar que es empate porque puede resultar en un ganador distinto, pero resulta que también podría resultar en que la ventaja real fuera de 9 puntos, lo cual no refleja una contienda cerrada. (Campos y Penna, 2004)


El empleo de la expresión “empate técnico no tiene sustento probabilístico y por tanto no debería utilizarse en inferencias estadísticas derivadas de encuestas y conteos electorales. No sin el rigor matemático. –La falacia del empate técnico electoral. Arturo Erdely Ruiz 2018-


Regresando al escenario particular de Durango, al día de hoy; la página de Polls.mx (herramienta que permite aumentar la confiabilidad estadística, fusionando las encuestas bien realizadas y mostrando las tendencias con mayor claridad) nos arroja una intención de voto en el Poll of Polls de 48.17% para el candidato Esteban Villegas, un 44.94% para Marina Vitela y un 6.88% para Patricia Flores Elizondo. También en ese modelo, las probabilidades de que la alianza PRI-PAN-PRD obtenga el triunfo en la elección a gobernador es de 61.31%, para MORENA-PT-PVEM-RSP la probabilidad es de 38.69% y la de Movimiento Ciudadano es de 0%.


Bajo este escenario, es que se acomoda muy bien el concepto de “empate técnico”, sin embargo el método Bayesiano utilizado por Polls.mx infiere la probabilidad de que este escenario de triunfo proyectado pueda ser cierto.


Definitivamente quienes tienen a su cargo el manejo de datos e información para la campaña de cada uno de los equipos, deben de trazar escenarios para la toma de decisiones en relación al desempeño de la campaña y hasta ahora no se observa un cambio cercano.


En ese sentido, bien valdría la pena que cada uno de los equipos plantee una disrupción en las estrategias de las campañas. Con esos números, cualquiera que haga un esfuerzo adicional puede consolidarse o bien, dar la sorpresa.


O, ¿usted qué opina?


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