¿Y quién habla de los problemas de la gente?

Recientemente hemos visto a la clase política y gobernante, a columnistas, reporteros y medios de comunicación en general, hablar del presupuesto para el 2020. Todos quieren agua para su molino. Protagonistas y antagonistas.

Y no es para menos. Cada uno de ellos representa un proyecto político que tienen que fortalecer con cara a las elecciones venideras en el 2021 y en el estado de Durango en el 2022 cuando se renueve la gubernatura.

Para los políticos, hablar de números o de cifras en millones de pesos es sumamente atractivo, pensando que mientras más alta sea la cifra, mayor será el impacto en la ciudadanía. Lo que desconocen es que en ocasiones los ciudadanos no logran dimensionar tales cantidades y mucho menos saber con precisión el destino de tan abultado recurso. Además, un político o gobernante que hable de capital obtiene en consecuencia por parte de los ciudadanos, una pizca de presunción de cuánto dinero se va a llevar de moche.

Por otro lado, ha sido recurrente utilizar la negociación del presupuesto a ejercer como parte de una retórica que año con año nos la presentan y que ahora se hace presente.

Es ahí donde se pierde el mensaje. Los ciudadanos se han chutado el mismo argumento desde hace lustros en donde se destacan lugares comunes como los “presupuestos históricos” como un logro para hacer mas obra social, infraestructura y muchas cosas más. De lo cual se ve poco y se transparenta aun menos.

En cambio, la gente habla de otras cosas; de sus verdaderos problemas y preocupaciones. ¿Cómo va a conseguir medicinas? ¿Cómo le va a hacer para los regalos de navidad? ¿Qué va a comer mañana? ¿Para cuándo pavimentan mi calle? ¿Conseguiré un lugar en la universidad? Y un largo etcétera.

A esos cuestionamientos de la gente, poco se les hace caso.

Un político o gobernante que traduzca ese cabildeo por lograr mayores recursos a un lenguaje que este comprometido a lograr abatir esos problemas de la gente, tendrá un reconocimiento social que le redituará en el futuro.

De los problemas de los ciudadanos, tal vez mañana se hable pero por lo pronto, hoy tenemos un presupuesto histórico. A ver en qué lo gastamos.

Vaya cosa.

¿Usted que opina?

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