Las campañas locales.
- Gerardo Preza Martens
- 3 jun 2018
- 2 Min. de lectura

¿Sabe qué candidato o candidata son los que lo pueden representar en la Cámara de Senadores, de Diputados; en el Congreso del Estado?
¿Los conoce por su nombre?, ¿Qué partido representan? y lo más importante; ¿Cuál es su plataforma legislativa?
Al menos 8 de cada 10 personas en Durango tendrían dudas sobre qué responder a las preguntas anteriores. Y me atrevo a plantear este escenario porque simple y sencillamente los candidatos, sus campañas y sus estrategas (si es que lo tienen) tienen desaciertos en la comunicación y el resultado, es la respuesta no favorable a cualquiera de los cuestionamientos antes mencionados.
Y aunque en Durango las campañas locales comenzaron el 9 de mayo, tuvieron el tiempo suficiente para planear y ejecutar desde el inicio de la contienda una comunicación diferente, innovadora, agresiva, diferenciadora, alegre, creativa, de calidad, en fin; algo que jale la atención de los ciudadanos y que les transmita elementos que puedan identificar al candidato o candidata.
Nada de eso hasta el momento.
Haga un esfuerzo y busque en cualquiera de las redes sociales de las candidatas o candidatos locales, facebook o twitter; prácticamente en todos encontrará algo similar.
La construcción del mensaje de los candidatos está basado en... ellos mismos. A pesar de que esa estrategia tiene un peso importante para un candidato o candidata que no cuenta con niveles de conocimiento óptimos para ser competitivo en una contienda electoral, siguen sin diferenciar los mensajes entre quienes son, sus propuestas y el llamado al voto. Además, es probable que piensen que por ser candidatos, la ciudadanía tendrá la obligación de consumir los contenidos en redes sociales o ver sus entrevistas en la televisión, escucharlos en la radio o leer sus notas en los periódicos para conquistar a los votantes.
Sin elementos que conecten y hagan que los ciudadanos se involucren en la comunicación política, las experiencias con los candidatos serán calificadas como negativas, es decir; los ciudadanos seguirán apreciando de la misma manera a los políticos que pretenden un escaño en las cámaras.
En la actualidad, es contundente el nivel de rechazo ciudadano hacia la política, pues es conocido que, el nivel de confianza hacia los partidos políticos es el más bajo en 22 años ya que solo el 9% de los ciudadanos confía en ellos según el informe de Latinobarómetro; obviamente el resto, los repudia.
Si bien las campañas locales todavía no terminan, es poco probable que como ciudadanos, seamos testigos de “algo” diferente en ellas y en sus candidatos. Seguiremos atentos.
Usted, ¿está de acuerdo?
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