¿Seremos la generación que no hizo nada?
- Gerardo Preza Martens
- 23 oct 2017
- 3 Min. de lectura

Es alarmante que a la distancia, de al menos 6 años, una de las industrias que sostiene al país está a punto del colapso.
Pemex está sostenida solo con alfileres, sus ingresos están comprometidos y no hay un escenario favorable en el corto plazo que haga tener un poco de esperanza.
México, depende de los ingresos de la venta del petróleo para financiar programas sociales y gasto público, sin embargo los datos proporcionados por la Comisión Nacional de Hidrocarburos, señala que la producción de crudo por parte de la paraestatal ha caído 10% respecto del mes anterior, haciendo de ésta la caída más significante de los últimos 20 años.
En datos duros, durante el mes de septiembre del año en curso, la producción nacional de petróleo se ubicó en 1.73 millones de barriles diarios en relación al mes de agosto en el que se produjeron 1.93 millones de barriles al día. Aquellos días de los 3.5 millones de barriles diarios en los años 2004-2006, quedaron muy atrás.
¿Qué pasó?
El panorama no es nada alentador, pues la deuda a corto plazo para e 2015 era de 7 mil millones de pesos y sólo durante 4 meses del 2016, es decir; de enero a abril, la deuda se incrementó casi 21 mil millones de pesos, haciendo un total de casi 28 mil millones de pesos, más lo que se acumuló en el tiempo subsecuente.
Hasta aquí con las cifras aterradoras.
Lo que sí está de preocuparse es que, no existe hasta el momento, alguna posibilidad de que la situación cambie.
Todo por la corrupción.
Para las generaciones que estamos siendo testigos de cómo se esta acabando “la gallina de los huevos de oro”, nombrada así por el presidente Peña Nieto, parece que nos mueve la indiferencia hacia lo que sucede con la fondeadora de ingresos del gobierno.
Por más señalamientos que hace la Auditoría Superior de la Federación en relación a la compra de aeronaves con fines estratégicos y de seguridad y que fueron destinadas a viajes a destinos turísticos, contratos por cantidades millonarias sin licitar, corrupción y moches, dádivas desmesuradas al sindicato petrolero que dirige el eterno Romero Deschamps y un largo etcétera; no se está haciendo nada y al parecer nadie hará nada. Al menos en el gobierno de Peña Nieto están volteando a ver a otro lado, haciéndose como que todo está bien.
Los alcances del recurso emanado de la extracción y comercialización de petróleo en México, tiene que ver con el apoyo que reciben los adultos mayores, las becas y uniformes que reciben los alumnos en varias partes del país, las carreteras, puertos y aeropuertos, los hospitales, el financiamiento a los partidos políticos, el recurso para el Congreso de la Unión, para el Poder Judicial y los servicios en general que recibe la población de éste país, están intrínsecamente vinculados al presupuesto público
Es un hecho que, funcionarios municipales, estatales y federales, además de los legisladores e integrantes del poder judicial no van a encarar el problema y tal vez piensen heredarlo a los que vienen para el 2018. Pero, ¿y la ciudadanía? ¿Seremos esa generación que no alzó la voz, no exigió o no hizo nada para cambiar la situación?
El tiempo lo dirá. Sin embargo, hay que buscar los mecanismos para que se termine de una vez por todas con la simulación y las promesas de campaña. Exigir que se legisle en fortalecer las medidas de control, finanzas sanas, transparencia y rendición de cuentas, junto con un sindicato alejado de la caja del dinero de Pemex. De lo contrario, seremos una generación de mexicanos que se sentó a ver, junto con un combo de palomitas y refresco; cómo se fue muriendo la gallina de los huevos de oro.
¿Qué opina?
*Foto: proceso.com.mx
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